viernes, 8 de octubre de 2010

LA CRISIS DE ZP




El presidente Zapatero nos tiene acostumbrados a sus apariciones públicas por televisión cuando la tormenta arrecia. La tormenta del paro que es la bestia negra de su mandato junto a una desmedida laxitud ante la crisis económica. ZP toma cartas en el asunto después de que Tomás Gómez le hiciera sombra en las primarias sin adoptar una medida eficaz que arregle la situación. Cámara, luz roja y acción, que detrás está el director moviendo los hilos del rodaje.

El problema no es su carencia de imagen, sino la pira popular de telespectadores que ya están hartos de ver a un muñeco de cera gesticulando sin decir nada. El presentador mueve la mano y el presidente parlanchín nos da una charla sobre autoestima y superar las horas bajas del desempleo con una cartilla de racionamiento.

Porque no vivimos la posguerra, pero si algo semejante a la depresión económica de caer en picado hacia un pozo sin fondo. A la necesidad de muchas familias de recortar gastos y llenar el cesto de la compra con productos que paga el subsidio o la pensión del abuelo que vive con sus hijos. Es la revolución de los mayores sosteniendo la economía familiar porque gracias a las pensiones todavía el país se mantiene a flote.

Así que es mejor que al menos el gobierno mantenga la cordura de no recortar ese punto tan vital para el ciudadano, y sí aplicarse la pomada de reducir Ministerios inútiles. Habla Rodríguez Zapatero de competir e innovar creando nuevas empresas, pero olvida la terrible burocracia que significa abrir un negocio con el lastre de permisos tardíos, y un seguro autónomo que no garantiza un retiro digno ni por edad ni por enfermedad.

Quiere que nos bajemos el sueldo siguiendo el ejemplo alemán… -admirando a este país cum laude de la Unión Europea-, ¿pero todavía más? Que se bajen los políticos su salario y aminoren el derroche de las autonomías y quizás entonces el déficit sea menor.

Y eso de que nadie le mueve el sillón del poder… ¿quién se lo cree? Ya digo, este presidente Zapatero no tiene arreglo, y su bajío, mal fario o gafe, lo padecemos desde que sus cortesanos le encomendaron la irresponsabilidad de gobernar una Nación que no entiende.


ROSA MARÍA VERA

No hay comentarios:

Publicar un comentario