domingo, 28 de junio de 2009

A VIDA O MUERTE



Me impresionaron profundamente las palabras del hermano de Eduardo Puelles, víctima del último atentado de ETA. Efectivamente, su hermano murió como un héroe –aunque estuviera atrapado en las llamas de su vehículo y sin opción a defenderse-, porque a estos animales etarras no hay que concederles el más mínimo rescoldo de orgullo. Y es un héroe quién entrega su vida defendiendo un ideal y trabajando por el bienestar ciudadano mientras decadentes nacionalistas lanzan soflamas desde una ciénaga emponzoñada. Y es un héroe quien muere por el esperpento de una organización terrorista cuyo único fin es el lucro del árbol del dinero.

Una clara diferencia con la desaparición de Michael Jackson, rey del pop, cuya muerte -todavía sin aclarar- apunta a una sobredosis de narcóticos. Nunca me gustó Jackson ni sus pederastias con niños creyentes de Walt Disney y de un Peter Pan descafeinado que reinventaba sus cuentos comprando voluntades. Su mayor éxito, el thriller de monstruos, era una alegoría de su propia existencia, luchando siempre con fantasmas internos que rechazaban el color de su piel.

Michael Jackson no era blanco ni negro. Se repudiaba a sí mismo y era una pura contradicción. Nunca se gustó por más operaciones de cirugía estética que acometiera; nunca quiso a la gente, si salía a la calle con mascarilla para evitar contagios e infecciones que sólo existían en su mente; y no era auténtico ni real, cuando quiso vivir un cuento de hadas con niños que reconstruían su desgraciada infancia volviéndolos desgraciados en sí mismos.

No siento ninguna pena por la muerte de Michael Jackson y el ídolo de barro se rompe en el eco de sus vanidades. Ahora viene la lucha por su herencia; la especulación con sus deudas y unos hijos que llevaran siempre el estigma de la fama de su padre. El malditismo de un hombre que nunca se creyó un dios por más millones de discos que vendiera; y de un niño que se negó a crecer refugiándose en los brazos de otros niños, rememorando su tiempo perdido, y luchando contra un cúmulo de adversidades que él provocó en su ofuscación. Un oscuro laberinto de corrupción, miedo, y enfermedad.

Si me dan a elegir entre Marilin Monroe y Michael Jackson, me quedo con Marilyn y su ingenuo vuelo de cuya inocencia se aprovecharon. Jackson sólo era un pobre diablo, y un renegado y aterrorizado de la vida. Y no siento ninguna piedad de alguien que quiso matar sus raíces y matarse a sí mismo por ello.

Ahora su prematura muerte significará dinero, fama, y la creación de un falso mito.



ROSA MARÍA VERA



jueves, 18 de junio de 2009

ESPÍAS Y BUCANEROS



ESPÍAS Y BUCANEROS
 

Si Alberto Saiz no fuera director del CNI, ni los sufridos contribuyentes pagáramos su elevado sueldo, quizás este señor sería un famosillo del cuore participando en programas basura de pestilente share. Pero el problema es que es un espía de pacotilla -puro cómics de Anacleto- y piensa que España es su jardín particular. Y como diría Orson Well, comenzó muy alto y se ha labrado su decadencia. Porque no comprendo muy bien, cómo se puede vivir a costa del servicio de inteligencia y tratar a sus agentes como un ególatra bananero sin prever su funesto final.

O estamos rodeados de ineptos que se creen amparados y con bula perpetua por rodearse de válidos del poder, o el CNI es un servicio de limpieza y enjuague del trabajo sucio bajo el espectro sibilino del espionaje. Que vaya a pescar gratis total y truque fotos, que limpie su piscina con funcionarios del erario público y mande recoger patatas bajo el auspicio de su personalidad arrogante y dictatorial, revela hasta qué punto estamos en la picota de desalmados espías secretos sin escrúpulos.

Si el director del CNI ordena pinchar teléfonos de gente honorable sólo por hacer favores a sus amigos de pesca y concilio masónico; si gasta una considerable suma de dinero en reformas de su vivienda que paga el Centro -nosotros-, y encima utiliza los frigoríficos de su departamento para guardar sus trofeos cinegéticos, ¿a qué tonto se le confían los secretos de Estado? ¿Quién protege a este individuo y cuántos favores le deben?

Se ve que le untan dinero, y dinero público que es lo más grave, dilapidándolo con total impunidad. Se llega a la conclusión de que el director del CNI es una fámula de la limpieza cuyo único cometido es limpiar la podredumbre y guardarla bajo las alfombras mientras algunos magistrados y gurús del poder miran hacia otro lado. “La seule chose qui compte c’est l’argent”, lamentablemente, y si el presidente Rodríguez Zapatero consiente este disparate, ya es hora de apretarle el cinturón a Alberto Saiz, que deje el cargo, y comparezca ante la justicia como cualquier ciudadano normal.

No vale que sea el director del CNI si su comportamiento ha sido el de un vulgar y soplagaitas funcionario. No vale que quiera una comparecencia secreta, cuando los secretos de Estado están en manos de este limpiador de cloacas que gasta a manos llenas utilizando un Servicio de Inteligencia para su lucro personal. Por eso, y por tanta ‘merde’ por limpiar: que rebajen a Alberto Saiz del escalafón del espía que nos jorobó, y lo envíen lejos, y más lejos. A ser posible a un barco pirata acostumbrado a llevar bucaneros en los calabozos.


ROSA MARÍA VERA

lunes, 15 de junio de 2009

ESPUMA DE CADÁVER





ESPUMA DE CADÁVER 


Sofía llora viendo la televisión mientras tiemblan sus manos, y habla del avión siniestrado como si fuese un virus asesino que navegó dentro de una ola, o una ballena que se tragó media tierra con plancton invisible, sin apercibirse de los cuerpos que entraban en el área del dragón dormido rugiendo en intervalos del sueño y que ahora yace mostrando su vientre reventón de agua.

Sofía asombra con una perplejidad dilatada en sus ojos desteñidos de lágrimas cuando observa el brío de adultos luchando frenéticamente por averiguar a sus seres queridos que abandonaron el avión para navegar bajo las olas como los versos de Manrique, atribulados todos por vivir la muerte cuando ésta se deja ver en la naturaleza de un accidente aéreo, y el temblor sacude el agua esperando a Jonás superviviente, y a un Nautilus que devuelva la esperanza con su nave blindada de fuerza en una tierra sin márgenes.

La carne trémula de la gran marea de imaginarios cuando la orilla está tan lejos, a los pies del mundo de la gran ola, del océano súbito que se llevó jirones débiles de los ensimismados –al otro confín del mundo- allí donde no hay luz y sólo el agua llena el vientre de cuerpos débiles inflados como el pellejo de una bota de vino. Sofía entre lágrimas recoge la visión en su retina de figuras desmadejadas, pereciendo en el mar de incertidumbre del avión, mientras nosotros, privilegiados, jugamos a la tómbola de la suerte por pisar suelo rico y sin temblor.

Sensores aéreos, tecnología punta, diablos escondidos en los subterráneos de la modernidad, y una comunión con el desconcierto que hay en esta tierra insumisa a la gran ola, al destronamiento de sus habitantes que ahora yacen en las profundidades del vientre oceánico y que sabemos que no sucumbieron al mar, sino a una suerte de nave maldita clavada en la arena de su orilla. Orilla que siguen rastreando los buscadores de piel viva que fue temblor y ahora ennegrece el suelo como espuma de cadáver.


ROSA MARÍA VERA

martes, 9 de junio de 2009

LA LIEBRE Y LA TORTUGA



 
LA LIEBRE Y LA TORTUGA
 

Las fábulas siempre son extrapolables a la vida real.

Estas elecciones europeas ponen de relieve quién es la liebre y quién la tortuga. Rodríguez Zapatero se ha quedado sin regalos que sacar de su chistera, y sus polvos mágicos ilusionantes no dan más de sí. La crisis económica es un varapalo importante, -quizás el fundamental- y por muchas trabas, escándalos ficticios atribuibles al PP, y juegos de magia para adormecer al país, su carrera hacia la meta le agota y resta facultades. Y en cambio Rajoy va lento pero seguro, y a pesar de su falta de carisma y débil imagen en televisión, está llegando al objetivo casi sin proponérselo, sólo con tenacidad y mesura.

Sin embargo hay algo que llama poderosamente mi atención -por ambiguo oportunismo-, y es este afán de CIU para que el PP interponga una moción de censura al presidente del gobierno. Qué disparate más elocuente por parte de un fiel aliado del poder, y qué cortina de humo para disipar la victoria de Mariano Rajoy.

Si esta flecha envenenada se llega a disparar -harto improbable- sus consecuencias serían nefastas y corrosivas al establecer un debate sobre liderazgos y protagonismos que la oposición no podría soportar. Hacen bien en no entrar en el juego donde las cartas están marcadas, y el beso de Judas se compra con dinero público.

Y tampoco entiendo muy bien, porqué María Dolores de Cospedal propuso una moción de confianza, ahora que las aguas mansas constituyen un bálsamo para su partido. Se equivoca Cospedal, y quizás está mal asesorada. No conviene rizar el rizo del ganador, ni hacer leña del árbol caído; sino amagar en la retaguardia y avistar el final con perspicaz mirada y altura de miras. O sea, ni ser presuroso como la liebre ni adelantar más de lo debido.

No por mucho madrugar, amanece más temprano; y todavía hay muchos intereses en juego y cartas por barajar.


ROSA MARÍA VERA