miércoles, 22 de abril de 2009

QUE ME EXPLIQUEN


 
QUE ME EXPLIQUEN
 
 
Una cumbre contra el hambre nos congratularía, envilecidos de ver tantas imágenes por televisión de niños y adultos escuálidos que nos miran con ojos apagados, mucosos y recubiertos de moscas. Que me expliquen ¿qué necesidad de armas tiene el planeta, qué lujo no se pueden permitir esos países que destinan un capital mayoritario a contribuir con guerras y destrucción, donde otros donan comida y alimentos? Y ante tanto desamparo, ¿por qué no se realiza otra cumbre contra la explotación infantil en el mundo y se dona otro 0,7 % del PIB para erradicar la podredumbre moral que esto supone? ¿Acaso los niños que abandonan su infancia para trabajar explotados en habitáculos de inmundicia, no es una lacra que la sociedad moderna -que sacraliza el dinero- debe combatir?

En la India los niños que trabajan en la seda son esclavos que empiezan a trabajar a los 5 años para ganar 10 rupias, y meten sus manos en agua hirviendo para apreciar a través del tacto si los finos hilos se han reblandecido lo suficiente para ser devanados. No les dejan usar tenedores, sufriendo quemaduras y ampollas; sin apenas respirar oxigeno del hacinamiento y la mala ventilación de sus zulos. Que me expliquen, ¿por qué hay empresarios que utilizan mano de obra infantil? ¿Por qué no se les procura un médico cuando enferman? Los dedos cortados es la enfermedad laboral típica de la comunidad tejedora, y en Kanchipuran un hombre vio a un niño que ni siquiera podía comer solo. El Banco Mundial niega que sea cómplice de estas infamias, pero ¿acaso las desconoce?

En Latinoamérica la industria de la minería y los lavaderos de oro se enriquecen con el esfuerzo de miles de niños de 5 a 17 años, a quiénes pagan 3 euros al día. Las penosas jornadas son escalofriantes torturas sobre infantes que apenas ven la luz y mueren por agotamiento. Que me expliquen, ¿para cuándo esta reunión de países contra la violencia y el maltrato infantil?

El sur de Asia presenta los peores índices de explotación laboral con más de 100 millones de menores, donde los niños trabajan jornadas de 12 y 13 horas ganando entre 15 y 20 euros al mes, diez veces menos que un adulto. Niños que son licenciados en supervivencia, que manipulan productos químicos, maquinaria altamente peligrosa, que trabajan en el servicio doméstico no renumerado y ejercen la prostitución cuando no participan en servicios armados. Que me expliquen, ¿por qué se toleran las torturas y se marcan a los niños como al ganado? ¿Sólo por el podrido oro?

Que alguien me lo explique, porque sigo sin entenderlo.


ROSA MARÍA VERA

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