lunes, 31 de mayo de 2010

DISCAPACITADOS




DISCAPACITADOS


Ayer viernes, 14 de mayo, vivimos una jornada emocionante en el parque de Málaga. Todas las Oenegés y Fundaciones de discapacitados físicos y psíquicos malagueños estuvieron presentes en una hilera de stand ofreciendo sus productos. Jabones, cuadros de flores hechos de papel maché, caracoles, mosaicos, gatos, y todo tipo de trabajos manuales elaborados por personas que tienen una minusvalía. Algunos son discapacitados intelectuales, otros psíquicos, y en su mayoría minusválidos físicos con la fuerza suficiente para trabajar en talleres impartidos por profesionales dedicados a un generoso proyecto, y por un voluntariado también generoso por entregar su tiempo y sus ilusiones.

El alcalde de Málaga inauguró los stands a las once de la mañana con la presencia de Canal Sur televisión y acompañado por asociaciones de discapacitados manifestando así su solidaridad: visitando todos los puestos, saludando a todos los que allí estábamos, y demostrando su cariño a un sector humano muy importante dentro del organigrama social.

Orgullosa por colaborar en tan magnífica labor, para mí es un honor trabajar con seres entrañables impartiendo un taller de escritura y lectura, o realizando manualidades con papel maché. Rodeada de discapacitados que aprenden con esfuerzo y tesón, y que nos enseñan también a compartir sus debilidades vibrando entre risas y sueños. En realidad no se sabe quién aprende de quién, porque ellos nos dan más a nosotros, y el amor que desprenden es superior a cualquier enseñanza que reciben.

Mónica, Antonio, Daniel, Juan, Carlos, Elena, Leti, y tantos discapacitados, junto a profesionales como Nani y Natalia y gente luchadora que están día a día llevando un proyecto con firmeza y eficacia, dentro de una sociedad que afortunadamente va creyendo y valorando a personas con dependencia y necesitadas de un soporte económico del gobierno, a pesar de la crisis.

Porque en realidad, todos somos minusválidos y discapacitados en un mundo difícil y hostil, entre guerras y conflictos, desamor e incomprensión. Y combatir las deficiencias físicas y psíquicas no sólo es un deber: es el soplo que necesitamos para vivir, y el equilibrio que anhelamos por andar al borde del abismo.



ROSA MARÍA VERA

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