viernes, 1 de mayo de 2009

PSICOSIS
















PSICOSIS 
 

La nueva gripe está creando una psicosis de mascarillas, que ya difícilmente se podrá viajar fuera de España sin llevar una en el equipaje. No es cuestión de alarmismo, sino de prevención; no es que la pandemia sea excesivamente grave, sino basta con ceñirse a la realidad de que existe una pandemia, y con eso es suficiente.

México está en el centro del huracán, y muchos se preguntan ¿por qué allí se inicia el brote de gripe porcina? ¿Por qué no en la India, o en África? ¿Es debido a la pobreza, a la crianza del cerdo como modus vivendi, o intervienen otros factores más significativos? -Un collage diabólico y mortal-. Quizás México tiene un enclave estratégico como paso de las aves migratorias; y quizás está en el ecuador del planeta y los cálidos vientos favorecen la propagación del virus.

Si los científicos no tienen la respuesta, difícilmente podremos evaluar la solución; pero lo que sí está claro, es que en un futuro las mutaciones serán más extremas y radicales. No sólo por el recalentamiento del planeta –vivero de gérmenes- sino por el deterioro genético del hombre, y la supervivencia del propio virus, que se fortalece, transforma, y se diversifica para sobrevivir.

Hay vacunas contra la gripe común que mata 1 millón de personas al año, y ahora la OMS se propone fabricar una vacuna antipandémica mezclando cepas de vacunas convencionales con los genes del H1N1 porcino. ¿Estamos parcialmente inmunizados quiénes llevamos años vacunándonos contra la gripe estacional? ¿Somos inmunes al 100%? Bien es cierto que no, pero también lo es, que nuestra capacidad de defensa es mucho mayor.

Y mientras nos vestimos con escudos, y capas de vacunas, y más vacunas, el virus que es listo, tozudo y persistente, sortea otros vericuetos, otros canales de ataque; se esconde y vuelve a salir a la luz, y de ahí las mutaciones que los Estados deben prever. Si es que cabe alguna posibilidad, porque luchamos contra un enemigo tan invisible, que cuando da la cara, hablamos de nueva gripe, una gripe humana: la del cerdo, que es igualmente omnívoro y doméstico, y vive pegado a nuestra piel y a nuestros genes. Genes inoculados de virus y más virus, invencibles mientras vamos muriendo, y acostumbrados a luchar y a sobrevivir en un planeta que arde.


ROSA MARÍA VERA

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