martes, 9 de marzo de 2010

137




137


Anoche, el presidente Rodríguez Zapatero desplegó su habitual talante conciliador y huero. Huelga decir que su inútil mantra “del esfuerzo” realizado por el gobierno para salir de la crisis ya no conquista, y mencionó dos veces las 137 medidas adoptadas para la recuperación económica. Una droga dura de difícil asimilación. Medidas que pasan de la centena y que desconocemos en su totalidad aunque su número impacte. Ya nadie duda de la capacidad de mago del presidente sacando palomas de la chistera, ni su encantamiento para traspasar la cámara dando sensación de confianza.

El ejecutivo quiere aumentar el IVA porque según palabras del propio presidente, así se podrá costear el paro de 500.000 personas. Pero no habló de sus nefastas consecuencias como puede ser la disminución del consumo, y el efecto rebote que puede acarrearle a las pequeñas empresas. Porque a pesar de la inyección de dinero que dieron a la Banca, los créditos siguen sin fluir, y los autónomos se las ven canutas para sacar adelante su proyecto de seguir en la brecha.

Habló del abaratamiento del despido como un aliciente para el empresario, pero hoy por hoy las grandes empresas siguen recortando puestos de trabajo y despidiendo a los más antiguos. Según parece Zapatero sigue en la inopia, y quiere hacernos creer que con su “propuesta” -y no decretazo- del plan de jubilación a los 67 años se ahorraría mucho dinero. Y puestos en ello, ¿por qué no investiga el fraude fiscal causante de la pérdida de miles de millones de euros?

Insistió en la nueva ley del aborto como la panacea para prevenir embarazos no deseados y proteger a la mujer, olvidándose del derecho a la vida del artículo 14 de la Constitución. Y ya que quieren abrir la mano al libre albedrío de decidir sobre la vida y la muerte, que luego no se quejen del bajo índice de natalidad, y digan que somos un país de viejos, necesitados de inmigrantes que paren como conejos.

Defendió con ímpetu al juez Garzón en su lucha antiterrorista, pero obvió que este magistrado tiene otras causas pendientes con la justicia. Causas que favorecieron a su gobierno creando cortinas de humo, y que el juez estrella está pendiente de cobrar. Baltasar Garzón siempre fue el tonto útil, hasta que dejó de serlo, pero de ahí a quemarlo en una pira pública hay un abismo. O bien lo cesan en sus funciones, -humillación que no soporta-, o lo envían a una embajada lejana y tranquila. Que Garzón no moleste ni jorobe con su oficio de violador de tumbas.

Zapatero ya no esconde la crisis aunque no se entere de las cifras, negando la quiebra económica con las 137 medidas adoptadas por el ejecutivo. Todavía se desconoce el sudoku de fe del presidente, se ignora su atraso en vaciar las arcas públicas en subsidios mientras sube el IVA que repercutirá en más subsidios cuando los autónomos dejen de serlo, y la economía sumergida sea el sustento de los pobres.

Pero resulta increíble el énfasis por meternos en su burbuja de príncipe encantado. Está claro que algún día saldremos de la crisis, pero sus 137 soluciones son palos de ciego cuando en Francia y Alemania, -aún con el IVA más alto-, los trabajadores ganan más, y su nivel de vida les permite costear a sus políticos y asesores. Y encima carecen del lastre de tantas autonomías que mantener.



ROSA MARÍA VERA

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