“LA
GRAN BELLEZA”
“La gran belleza” película
ganadora de un Globo de Oro a la mejor cinta en lengua extranjera, está ambientada
en Roma y tiene como protagonista al escritor Jep Gambardella, hombre maduro y
sesentón que se plantea su trayectoria vital bajo el prisma de la decadencia.
El film no tiene un hilo
argumental al uso, no hay un núcleo o una trama que indique el desarrollo de
una historia, sino al contrario, es una sucesión continua de flashes o imágenes
impactantes en la retina del espectador. Es un flujo constante de surrealismo,
escenas atípicas, y personajes sacados de una trastienda burlesca y cómica en
una ciudad que antepone sus miserias al recurso arquitectónico del lujo y la
ostentación de sus monumentos.
El protagonista ha pasado
la barrera de la madurez para entrar de lleno en sus recuerdos de juventud. Ha
llegado a un punto crucial de su existencia donde su planteamiento de vida
radica en la lejanía virtual y física, en la mirada impasible de quién ya no tiene nada que
perder porque lo mejor de su vida ya pasó y lo tiene todo perdido. La edad
dorada del pasado figura como un plasma de sueños sin resolver en un presente
plagado de figuras distorsionadas por la amargura de la vejez.
Los fotogramas del autor
tienen la distinción de una Roma histórica, la idiosincrasia de una filosofía y
una oratoria marcada por unos diálogos cruciales a la hora de manifestar la
línea argumental de sus protagonistas. Da la impresión de que el presente es
una máscara distorsionada por una realidad desagradable, por la retórica de una
belleza inexistente y de cuya búsqueda el escritor Jep Gambardella abandera como
el último fin de su angustia vital.
El director nos muestra la
acidez de una sociedad mundana y superficial marcada por el sexo y la lujuria
de unos placeres perdidos, contraponiéndolo a la profundidad de una Italia
religiosa y reverente con sus mayores. El personaje de una monja subiendo los
últimos peldaños de su vida, arrastrándose en el tiempo y mostrando la terrible
decadencia de los años, nos arrastra hacia la repulsión de un espejo en el que
nadie quiere mirarse y todo el mundo ansía olvidar en el bullicio imparable
de fiestas y bailes dislocados.
“La gran belleza” logra su
objetivo: el último viaje del ser humano antes de exiliarse en la otra
frontera, en el más allá inevitable que es la muerte, y cuyo final es el alma
de esta gran película. Una maraña de personajes pseudo-intelectuales que
conforman una fauna animal de espectacular fotografía. Película que sin ser una
genialidad artística, sí destaca por su extrema lucidez y la sarcástica ironía
de una desnudez brutal y amarga de la decadencia humana.
ROSA
MARÍA VERA
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