lunes, 7 de julio de 2014

MENDICANTES



 

MENDICANTES

Cada vez detesto más los programas mendicantes de la televisión. Nos toman por tontos o pretenden arreglar el país a base de limosnas promoviendo la pena entre los telespectadores. Hay quién se engancha al tabaco, a la bebida, o a los “programas basura” de pedigüeños (directivos y presentadores) que se suben al pedestal de la pobreza cobrando sueldos millonarios. Y todo esto a fuerza de utilizar la lágrima fácil e inventarse otro tipo de subsidio: el subsidio del dolor y la vergüenza.

   Vergüenza deberían darles a los inventores de este experimento de masas, de esta podredumbre moral de guionistas que utilizan a quiénes padecen necesidades y se aferran a un programa que les ofrecen vender sus miserias a cambio de limosnas. Ejemplo claro el programa “Entre todos”, presentado por Toñi Moreno, que vuelve a levantar polémica al utilizar a un menor discapacitado para causar conmiseración entre la audiencia.

   De ahí la actuación del Ministerio Fiscal pidiendo una indemnización para el niño por vulnerar el derecho a la intimidad personal y familiar de un menor discapacitado. Y todo por la maldita audiencia que es la gran prostituta de la televisión. La ‘madame’ que vende a sus pupilas por conseguir un récord de share y que los directivos se froten las manos ante los dividendos que generan la gente pobre de este país.

   La pobreza vende, y causar pena se ha convertido en un gran negocio. Es la picaresca española, y eso ya la narró muy bien Cervantes en sus novelas ejemplares. Porque si antes veíamos Dallas y fastuosas mansiones, ahora es una rémora del pasado porque estamos en crisis y lo que interesa es sacar la miseria y exponerla en una subasta para encontrar compradores.

   ¿Qué eso ayuda a la gente? ¡Mentira! Los generosos que entreguen su dinero a Cáritas, y quiénes quieran pedir por televisión, que pidan, anónimamente y sin escaparate.

   Que controlen esta nueva esclavitud. Que no prostituyan a inocentes y respeten la dignidad ajena.



ROSA MARÍA VERA

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