miércoles, 29 de mayo de 2013

DE AQUÍ A LA ETERNIDAD




DE AQUÍ A LA ETERNIDAD


   La vejez tiene nombre propio y es un estadio de nuestra vida. Quizás el más duro, por la desdicha y el temor a la pérdida de autonomía. La soledad, las enfermedades y la carencia de autoestima son lacras que afectan a la tercera edad y a las personas con diversidad funcional.

   Europa envejece, y es una realidad tan obvia que la ley de Dependencia contribuye a la creación de empresas de Ayuda a Domicilio, públicas o privadas, que dotan de protección social a las familias. Estas empresas deben contar con profesionales que realicen una labor adecuada en el cuidado de los ancianos, que estén titulados, y cuenten con el respaldo de sus coordinadores.

   ¿Suele ser así? ¿Cuentan con titulación adecuada sus trabajadores? ¿Qué es una auxiliar socio-sanitario de ayuda a domicilio? Una persona cualificada que solventa los problemas que surgen en la realización de las actividades básicas de la vida diaria. Alguien con la suficiente vocación como para empatizar con todo aquel que sufre carencias físicas, afectivas, intelectuales y funcionales.

   La educación y el nivel cultural son imprescindibles para la atención domiciliaria, y por ello es indispensable una formación, una preparación académica que evite malas interpretaciones, y cierta disposición bondadosa, porque suele confundirse esta prestación social con el servicio doméstico. Las tareas de la casa forman parte del trabajo pero no configuran el “núcleo” ni el fin de dicho trabajo.

   Ante todo está la calidad y el trato individual con el usuario, la discreción y el código deontológico con el enfermo, y su seguridad tanto física como emocional.

   “La vejez no es sino mesón de enfermedades” -dijo Fernando de Rojas-, y nuestro futuro más próximo. De ahí el esfuerzo por despejar la niebla y el dolor de aquellos que sufren y soportan la adversidad. Ese porvenir incierto, con la esperanza de superar un naufragio que nos afectará mañana, aún con el privilegio de vivir.



ROSA MARÍA VERA

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